Chile: Un líder mundial en energías renovables
Las claves para que Chile esté considerado como un líder mundial en energías renovables
La caída de Hidroaysén, los problemas para conseguir energías traídas desde el extranjero, además de una nueva ley, propiciaron que hoy nuestro país sea visto como un ejemplo de cómo conseguir energía “verde”.
La historia de Chile con la energía eléctrica comenzó en 1883, cuando se construyó el primer alumbrado público del país. Fue en la Plaza de Armas de Santiago y significó toda una revolución para la época, ya que implicaba mucha mayor seguridad a los antiguos faroles iluminados por fuego.
En ese momento, eso sí, era difícil imaginar todos los desafíos que la energía eléctrica conllevaba, y todos los vaivenes que iba a tener nuestro país para conseguir materia prima y así conseguir esa electricidad.
Desde centrales hidro y termoeléctricas, carbón, gas y petróleo, fueron décadas y décadas en donde Chile buscó fuentes para conseguir esta preciosa energía. Sin embargo, ninguna terminaba de cerrar de manera definitiva. Desde problemas bilaterales para importarla, como pasó con Bolivia y Argentina con el gas, hasta los líos medioambientales que implicaba realizar megaproyectos que aseguren el abastecimiento energético, como Hidroaysén. El riesgo del apagón siempre estuvo de alguna forma, en especial en la última época, cuando la sequía secó buena parte de las centrales hidroeléctricas existentes en el norte y centro del país.
Fue precisamente después del conflicto de Hidroaysén que el Estado tomó real conciencia de lo que estaba en juego. El peligro del racionamiento, en especial porque la demanda energética crecía cada vez más, era real. Incluso se pensó en potenciar la energía nuclear, pero el terremoto de Fukushima, sumado a nuestra condición de país sísmico, cerró todo interés en la materia.
Es por eso que, luego de años de tramitaciones, salió en 2013 la ley 20.698, que propicia la ampliación de la matriz energética mediante fuentes renovables no convencionales. Esta ley, a diferencia de lo que existía en el siglo XX, cuando la mayoría de las empresas energéticas pertenecían al Estado, lo que hizo fue propiciar las condiciones para que exista una libre competencia en esta materia, y que las empresas privadas se interesen en invertir en energía “verde”.
Las licitaciones energéticas, en las cuales antes se presentaba una o ninguna empresa para invertir en plantas de energía eólica o solar, pasaron a tener más de 70 instituciones interesadas. Y la cifra sigue creciendo.
Durante 2020, en el Sistema Eléctrico Nacional el 46,5% de toda la generación eléctrica fue renovable, vale decir eólica, solar, hidroeléctrica o a través de biomasa. Un nivel de participación energética que no se veía desde 2006 pero con una gran diferencia: en esa época la eólica y solar no sumaban más del 3%. Ahora está cerca del 20% y para finales de esta década pretende superar el 50%.
Vista aérea de un parque eólico en el desierto de Atacama a las afueras de la ciudad de Calama, Chile. Imagen: shutterstock.
Vista aérea de cientos de paneles de energía solar a lo largo de las tierras secas en el Desierto de Atacama, Chile. Imagen: shutterstock.
Además de esta ley, hay dos claves que facilitan la implementación de plantas solares y eólicas en Chile. La primera tiene que ver con el fantástico contexto natural de nuestro país, en donde la radiación solar en el Desierto de Atacama y el viento existente en casi todo el territorio posibilitan acumular grandes niveles de energía. Además, la política de descarbonización llevada a cabo por el Estado implicó que varias plantas deban cerrar o cambiar de matriz energética. Una iniciativa necesaria especialmente después de ver casos como el de Ventana, poblado que se convirtió en una verdadera zona de sacrificio para su población.
Este “boom” de energías verdes implica que, luego de asegurarse la matriz energética nacional, al ser un recurso tan ilimitado, podría significar que Chile se convierta en un verdadero exportador de energía solar y eólica. Lo que además de generar riquezas para nuestro país, significa una gran fuente de trabajo para toda la población.
Para informarse más visite:
http://generadoras.cl/prensa/proyectos-2021-la-consolidacion-renovable