Consecuencias de la Inseguridad Alimentaria en contexto de pandemia
Según Global Nutrition Report publicado en el 2020, 820 millones de personas tienen hambre o están desnutridas, 149 millones de niños menores a 5 años, presentan retraso del crecimiento, 135 millones de personas con inseguridad alimentaria y 2000 millones de adultos con sobrepeso/obesidad. Estas dos caras de la moneda se expresan como una doble carga de la malnutrición que se ha visto extremada por la pandemia de Covid19.
Por otro lado, en un informe, titulado «La Nueva Cara de la Pobreza en Chile», el Banco Mundial analiza el efecto de la pandemia del COVID-19 en el país, asegurando que, a raíz del coronavirus, 800 mil chilenos más serán considerados pobres. En el año 2019, el país tenía una pobreza de un 8,1%, pero este año esa cifra subirá a un 12,3%, producto de la crisis económica desatada por los extensos confinamientos. La cifra sería más alta, según detalla el informe, si el Gobierno no hubiera actuado, ya que, sin sus medidas, la cifra podría ser de un 17,9%. Lo proyectado por el Banco Mundial implica un retroceso de cinco años para los esfuerzos del Estado en disminuir la pobreza.
Según la OPS/OMS La seguridad alimentaria se define como un concepto multifacético que va más allá del número de personas que pueden sostenerse de los recursos alimentarios limitados de la tierra y que abarca una gama amplia de temas: el crecimiento, control y movilidad de la población, la distribución de recursos, los patrones de consumo, la producción agrícola, el cambio climático, el deterioro ambiental, la situación socioeconómica, el desarrollo, las relaciones comerciales, la propiedad de la tierra, el acceso al microfinanciamiento y los servicios de salud. Este concepto forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, también conocidos por sus siglas ODS, una iniciativa impulsada por Naciones Unidas para dar continuidad a la agenda de desarrollo tras los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En relación a los efectos, la inseguridad alimentaria va a contribuir al desarrollo de la desnutrición y malnutrición que tendrá como consecuencias un desarrollo inadecuado, una carencia de macro y micronutrientes críticos, una disminución en la inmunidad, un aumento en la incidencia de enfermedades, principalmente infectocontagiosas y un aumento en la morbilidad de estas.
Por otra parte, según la Declaración Universidad de los Derechos Humanos, se postula que “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure la salud, el bienestar y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia, por circunstancias independientes a su voluntad”.
Lo anterior es fundamental en el contexto de una nueva constitución para nuestro
país.
Camilo Aburto
Nutricionista
Diplomado en Docencia Universitaria
Magister en Alimentos Funcionales
Docente Escuela de Nutrición y Dietética UNAB
Coordinador Académico del Instituto Universitario Vive Sano