La histórica impunidad del robo de mascotas
En la actualidad el hurto de mascotas no es considerado como un delito. Recién el año 2019 entró al congreso un proyecto de ley que proponen tipificarlo
¿Puedes imaginar que sentirías si alguien viene y te arrebata a un miembro importante de tu familia? Marcela Muñoz, no tuvo que imaginar. El pasado 29 de octubre en la comuna de la Florida, sufrió en compañía de su familia un violento robo de su vehículo.
Al momento del asalto, la víctima viajaba en compañía de un colega de trabajo, su hija de seis años y sus dos perros. Marcela fue amenazada con electroshock y con su mayor esfuerzo y en pleno forcejeo, logró evitar que los asaltantes se llevaran su auto con su hija dentro.
La pesadilla no terminó ahí. Una de las mascotas que viajaban junto a ella no consiguió bajarse. Los asaltantes cumplieron su objetivo. Se llevaron el auto y también a Sultán, la mascota de la familia.
“Quedé devastada, me quedé sin teléfono para poder llamar. Estaba en shock por no poder seguir al auto y rescatar a mi perro”, relata Marcela a Todos Decimos.
Tras horas de angustia total, las víctimas consiguieron el anhelado reencuentro. Sultán fue encontrado por transeúntes durante la noche en San Bernardo, quienes lo llevaron a una comisaría. Recién a la mañana siguiente del asalto, la victima logró recuperar a su mascota
La traumática situación que vivió Marcela, aún se encuentra en un proceso de investigación, lamentablemente en la actualidad el robo de mascotas no es considerado como un delito.
“Mi hija, desde que nació ha vivido con los perritos, para ella son sus hermanos. Quedó muy afectada, estuvimos toda la noche buscándolo y no podíamos decirle que quizás no aparecería”, agrega Marcela.
Gabriela Acosta, activista por los animales y egresada de Derecho de la universidad de Chile, manifiesta: “Se debe tener en consideración el vínculo que genera el ser humano con el animal, considerándolo no ya como un mero objeto, sino como un individuo de la familia. Al estar ausente la mascota, la persona y la familia sufre graves daños psicológicos, sobre todo los niños”.
Daniela Oyarzo, psicóloga y terapeuta familiar vincular, aclara: “Los vínculos afectivos que nosotros estrechamos con nuestras mascotas es el resultado de un proceso evolutivo. El perro hoy no cumple sólo la función de guardián. Ellos se instalan como un miembro de la familia y como un animal de compañía, son un soporte emocional. La relación entre animales y personas ha ido evolucionando”.
“Las personas pueden ver a sus mascotas como un hijo, como un hermano. Se le entrega una posición dentro de la estructura familia y lo tratan con amor y respeto. Cuando hay compatibilidad entre mascotas y dueños hay un incremento a nivel de la salud enorme, disminuye el estrés, la ansiedad. Los cuadros de angustia y crisis de pánico van disminuyendo, las mascotas calman”, afirma Oyarzo.
Un daño sin sanción
En relación al robo animales el Código Penal sólo sanciona el delito de abigeato. Éste consiste en el robo o hurto de caballos o bestias de silla o carga, o especies de ganado mayor, menor o porcino. Asimismo, se establece el delito de receptación de especies provenientes del abigeato, y el delito de apropiación de plumas, pelos, crines, cerdas o cualquier elemento del pelaje de animales ajenos.
“Como existe una pena por el secuestro de personas, debería haber una sanción para las personas que roban perros, porque se está volviendo un hecho habitual. No son casos aislados, todos los días salen denuncias de robos de mascotas”, señala Marcela.
La delincuencia es una problemática de preocupación para la población. La existencia de delitos de alta connotación como es el caso de los robos por sorpresa o con intimidación constituyen ilícitos que son condenados tanto por autoridades, como por la ley. Sin embargo, cuando las víctimas son las mascotas aún no existen sanciones.
Como el robo de mascotas y animales de compañía no encaja en un tipo penal de delito, genera un círculo de impunidad frente al dolor de una familia. Una norma que sancione el robo de estos animales implicaría un paso importante en la protección de las mascotas.
“Si a una persona le arrebatan a su mascota, pasan muchas cosas de forma simultánea. Lo primero es el shock que eso conlleva. Por lo general es algo forzoso, traumático. En algunos casos los dueños también quedan con el dolor de la pérdida, con un fuerte sentimiento de culpa, se responsabilizan, se castigan emocionalmente por no haber previsto que esto sucedería”, afirma Oyarzo.
El crecimiento de los robos de perros y gatos también se ve motivado especialmente por el alto valor económico de los animales, permitiéndoles a los delincuentes establecer criaderos clandestinos con el fin de vender las crías obtenidas de múltiples cruzas.
“Desde la salud mental, el robo de una mascota es algo súper complejo. No es sólo es pegar el papel en la calle para avisar que está extraviado y ofrecer una recompensa, sino que es algo que nos lleva a muchas emociones, y una tras otra sensación fuerte como sensación de temor, miedo paralizante, pérdida tremenda y mucha soledad”, afirma Oyarzo.
Proyecto de Ley
Recién en agosto 2019 entró al congreso un proyecto que busca sancionar el robo de mascotas de raza, y su comercialización o la de sus crías, como también la compra de animales en el comercio no regulado por la autoridad. La iniciativa aún se encuentra en su primer trámite constitucional de la Cámara de Diputados y Diputadas.
De aprobarse el proyecto, la pena para quién robe o hurte mascotas y animales de Compañía será Presidio menor en su grado medio: 541 días a 3 años de cárcel o presidio menor en su grado máximo: 3 años y 1 día hasta 5 años de cárcel.
La iniciativa solo protegería a las mascotas de raza: “Se entiende que van a tender a robar o hurtar animales de raza para comercializarlos, pero igualmente existen casos donde han robado perros y gatos mestizos. La sanción debería aplicar para todos los animales de compañía” agrega Acosta.
Frente a las consecuencias del violento robo, marcela describe: “Cuando pasamos por el lugar donde ocurrió el asalto, mi perro reconoció el lugar y se comenzó a agitar y asustar. Ahora ante cualquier ruido fuerte, Sultán se aterroriza”.
“Espero que la ley se apruebe y que se castigue a estas personas. Las mascotas son parte de nuestras familias y al alejarlos de nosotros hacen un tremendo daño”, concluye Marcela.