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Latinoamérica sigue siendo la región más desigual del mundo

Con Chile como uno de los líderes: Latinoamérica sigue siendo la región más desigual del mundo

 

Pese a los avances macroeconómicos que han tenido diferentes países del continente, la realidad dicta que estamos lejos de alcanzar niveles aceptables de equidad social.

 

Sabido es que una de las deudas históricas de Latinoamérica es solucionar la desigualdad entre ricos y pobres. Grandes fortunas concentradas en pocas familias y un gran número de familias sumidas en la pobreza han sido parte permanente de la historia regional. Una realidad que ha significado grandes niveles de indignación por parte de la clase trabajadora, que generalmente culminan con conflictos sociales.

 

Sin embargo, pese a la incontable cantidad de proyectos país a nivel político y económico, es un tema que no se ha logrado solucionar. De hecho, estamos lejos aún de llegar a niveles aceptables de equidad, tal como lo indican casos como el de Brasil, México y Chile: tres de los países más desiguales de Latinoamérica.

Pero, a la hora de analizar este fenómeno hay que entender dos puntos importantes. El primero pasa por cómo se mide esta realidad. Si bien existen varias metodologías para medir desigualdad, el más aceptado es el índice Gini, que es desarrollado por el Banco Mundial y se encarga de medir la diferencia en ingresos. Se trata de un índice que toma la diferencia de ingresos entre más pobres y más ricos, además de otros factores, los cuales arrojan un índice. Si el índice es cero, se trata de la perfecta igualdad y todos tienen lo mismo. Si arroja 100, es la perfecta desigualdad, en donde uno tiene todo y el resto nada. Los rangos de los países fluctúan entre esos dos rangos. Pero, además, quien se encarga de analizar estos números y fomentar políticas públicas a los estados es la PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).

 

Es así como, de acuerdo con el análisis del PNUD, existen casos paradójicos en este sentido. Por ejemplo, El Salvador ha sido el país latinoamericano que más ha disminuido la desigualdad. Desde 1990, pasó de un índice Gini de 54 a uno de 38. Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas aclara que no es necesariamente porque se están haciendo las cosas bien en el país centroamericano.

«La razón es que han caído los salarios de los que tienen educación universitaria. Lo cual no es una buena señal. Es una caída de la desigualdad que no quieres ver», indica Luis Felipe López-Calva, director del PNUD en declaraciones a BBC.

Por otro lado, existen países que han logrado redistribuir la riqueza de manera más o menos efectiva, debido a políticas de Estado. Uno de ellos es Bolivia, que también ha visto cómo ha disminuido la desigualdad en estos 30 años, pasando de un índice de 58 a 44. «Bolivia es un país que ha redistribuido y que tiene programas universales, pero como ocurre en la mayoría de los países latinoamericanos, se redistribuye menos de lo que se debería», dice López-Calva.

Lo cierto es que, de acuerdo con la ONU, las formas de disminuir la desigualdad son multidimensionales. No alcanza una sola medida. El Estado debe tener políticas de redistribución de la riqueza, así como también se tienen que ir mejorando los sueldos permanentemente, además de otras cosas.

 

En este fenómeno, Chile se encuentra en la parte baja de la lista, junto a Brasil. De hecho, nuestro país ha sido uno de los países que menos disminución de la desigualdad ha tenido en los últimos 30 años. Poco más de 10 puntos ha disminuido el índice entregado por el Banco Central (de 57,2 a 46,6). Esto se debe principalmente a que, pese a que como nación vivimos un boom económico a fin del siglo pasado, las políticas de redistribución prácticamente no han existido.

 

La clave

 

Según lo informado por la PNUD a BBC, a diferencia de otros países en desarrollo a nivel mundial, Latinoamérica apuesta demasiado a los impuestos indirectos (al consumo) y menos a impuestos directos (a la renta o propiedad).

 

Y es que, si bien estos últimos tipos de impuestos no solucionan el problema del todo, si ha implicado que, por ejemplo, 100 millones de latinoamericanos salgan de la pobreza desde 1990 al 2000. Una cifra que, sin embargo, ha vuelto a ver una cifra ascendente desde 2015 en adelante, en especial por las crisis económicas relacionadas con las revueltas sociales y el Covid-19.

 

Lo cierto es que los ejemplos están ahí. Si se toman políticas agresivas de recaudación de impuestos, sumado a políticas públicas efectivas en materia de educación, salud e ingresos laborales, se puede por fin apostar a que esta región dejará de lado una de sus principales injusticias históricas.

 

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