Personas sin hogar en Chile, ¿Cómo se llega a vivir en la calle?
En los últimos años hemos podido presenciar un gran aumento de las personas en situación de calle. Más allá de las cifras oficiales – que están poco actualizadas y alejadas de la realidad – podemos observar con nuestros propios ojos las carpas y “rucos” en los que viven, ya no solo individuos, sino familias enteras.
Así como al ver estas carpas en la avenida principal de nuestro país pensamos inmediatamente en la migración, tendemos a relacionar el vivir en la calle con problemas como el alcoholismo o la adicción a las drogas, cuando los hechos pueden distar un poco de estos prejuicios.
Según el último catastro realizado por el ministerio de Desarrollo Social, en el 36% de los casos las personas terminan viviendo en la calle debido a conflictos con su familia. A esta causa la siguen el consumo de alcohol, con un 15%, y los problemas económicos, con un 13%. El consumo de drogas aparece recién en el quinto lugar, con un 8,9%.
Bajo cifras más actualizadas del mismo ministerio, presentes en la la Ley de Transparencia, son 12.105 personas las que declaran los problemas con la familia o pareja como la razón que los llevó a quedar sin hogar, manteniéndose así como la principal causa.
La salud mental es otro factor importante para determinar las causas para la situación de calle. Se pueden establecer varios eventos traumáticos en la infancia de estas personas que podrían haber potenciado o determinado su porvenir.
Por ejemplo, 36% declara haber presenciado problemas de alcoholismo o drogadicción en sus padres durante su infancia, 38% graves conflictos entre ellos, 38% graves problemas económicos y 37% violencia intrafamiliar. Esto pudo haber desencadenado el 53% de deserción escolar antes de los 12 años y el 38% de problemas con el alcohol o las drogas antes de los 13 años.
Son 5,8 años en promedio los que una persona vive en situación de calle, sin embargo, hay quienes envejecen sin un hogar. De los mayores de 60 años que viven en la calle, un porcentaje de 41% lo ha hecho durante más de 5 años, mientras que el 15,4% ya ni siquiera lo recuerda.
¿Cómo cambiar esta situación?
Las causas que llevan a una persona a la calle son variadas, pero muy cercanas a la dura realidad que experimentan los sectores más vulnerables de la población de nuestro país. El Estado, quien es responsable de aquellos con un contexto social más inestable, provee una ayuda que es valorada, pero que en general es insuficiente.
Un estudio realizado por Vergara240, en septiembre del 2022, da cuenta de que el principal problema que tiene el Estado a la hora de hacerse cargo de esta problemática es la rigidez con que son monitoreados los datos. El último catastro realizado por el ministerio de Desarrollo Social, en 2012, considera poco o nada factores que hoy en día son muy relevantes, como la migración o las personas en situación de calle que no están institucionalizadas.
En conversación con Vergara240, Andrea Freites, Vocera de la fundación Gente de Calle, hace hincapié en que procesos como la ola migratoria han provocado que “en los últimos dos o tres años, pasamos de trabajar con personas en situación de calle a trabajar con familias en situación de calle”
El mismo estudio señala que el problema es que muchas personas en situación de calle no están institucionalizadas, por lo cual desde la municipalidad u otras instituciones estatales es muy difícil llevar un registro real de cuántos son.
Por ejemplo, según cifras más actuales del ministerio de Desarrollo Social, a septiembre del 2022 son 19.402 personas sin hogar, lo que se contradice con las cifras de las fundaciones y organizaciones relacionadas al tema, como Gente de Calle, desde donde se contabilizan alrededor de 25 mil personas. Esta incongruencia se debe a que las cifras que maneja el ministerio son a través de encuestas a quienes están inscritos en la municipalidad, plasmados en el “Anexo Calle” del Registro Social de Hogares. A esto se suma que el número de migrantes que viven en la calle podrá ser recién contabilizado en el censo del 2024.
Es claro, entonces, que esta es una temática cuya solución requiere un nuevo enfoque más amplio y, sobretodo, con datos más cercanos a la realidad que viven cientos de familias hoy en día y a las peripecias que significa no tener un techo.