Reseña “El Cuerpo Mental” y una teoría de por qué los animales son tan agradecidos con sus tutores humanos
El libro “El Cuerpo Mental”, basado en más de 40 obras relacionadas con la teosofía, y que lo define como el vehículo a través del cual el Ego se manifiesta como un intelecto en sí mismo, con su composición y estructura.
Los datos para esta obra fueron escogidos con suma prolijidad y son muy claros para el lector. El texto es el tercero de la serie que trata de los cuerpos del hombre, precedido por “El Doble Etérico” y “El Cuerpo Astral”.
Sin duda el aspecto más destacable de este escrito es la visión que el autor expone del alma animal, más específicamente del alma de los animales domesticados.
Según las creencias teosóficas, los animales, a diferencia de los seres humanos, poseen un alma grupal. Esto sería lo que los lleva a actuar siempre en manadas, a agruparse, defenderse y organizarse en comunidad. Desde los insectos, pasando por las aves y reptiles, hasta llegar a los grandes mamíferos.
Por otra parte, el ser humano es poseedor de un alma individual. Cada uno de nosotros es responsable de desarrollarla y trabajarla. Tenemos en nuestras manos la responsabilidad de mejorar día a día y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
Esto, según la creencia teosófica, llevaría a, en una eventual siguiente vida, reencarnar también en un ser humano, posibilidad que los animales no tendrían, dada su característica de alma colectiva.
Sin embargo, cuando un animal se domestica y se le individualiza con un nombre, lo que se logra es separarlo del alma colectiva propia de su especie, llevando a que tenga un ego o alma individual. Al poder desarrollar esta nueva alma, el animal tendría la posibilidad de reencarnarse en una próxima vida en un ser humano, otorgándole nuevas oportunidades de desarrollo.
Esto, según el texto, explica la felicidad e infinito agradecimiento de nuestras mascotas cuando les entregamos un nombre, un hogar y nuestro amor.